martes, 20 de julio de 2010

La delgada línea entre pornografía y erotismo


Después del video, debo decir, "es la fascinación, no encuentro otro punto de partida". Es como lanzarse a un lago, encontrando cada ola alzando la cabeza para no ahogarse; pero también es la sensación de la noche, el único infinito certero que tenemos.
El cuerpo irrumpe. Es un periplo y un descubrimiento, como que el asceta y el ateo al final de su viaje espiritual regresan a su cuerpo, al puñado de carne que permite asir lo etéreo. El cuerpo es fascinante pero tiene una división que se debe tomar en cuenta: el masculino es funcional; el femenino es estético. Por eso el misterio del cuerpo femenino, fucionalidad y estética, anticipos y secretos.
Después de lo timorato, el cuerpo es cuerpo por sí mismo. Pasando por encima de los prejuicios el cuerpo es también material y vaso comunicante. Un movimiento de piernas puede decir más que una novela; un beso es más certero que la poesía. Un cuerpo expuesto dice más que una fotografía.
Aquí el dilema. ¿Dónde raya esa "exposición" con lo burdo? ¿Qué es bien a bien lo que separa el erotismo de la pornografía? Atenidos al título ambiguo de Jacques Magazine no lo sabríamos diferenciar. Entendiendo que es "soft porn" y que también se etiqueta como "adult´s magazine" todo puede ser.
Por eso, para alimentar esas dudas es que me detengo y los invito a detenerse en los avatares del arte fotográfico cuando usa a los cuerpos como objeto. Primero el video de arriba, una Lauren Young que derrocha todo menos espíritu deportivo, pero que al final de cuentas está muy fácil de entender. Si está leyendo esto y no sólo se quedó con el video, no negará que la fotografía, la dirección y la calidad de la modelo es una belleza que salva la mera vulgaridad y el machismo.
La segunda "propuesta" es la de la compañía japonesa Eizo para promocionar sus monitores medicos de rayos X. El cuerpo es fascinación, pero los nipones penetran ese misterio y nos muestran que a fin de cuentas, el cuerpo es una masa de carne y huesos. "Su cuerpo se yergue en una desnudez de carne infinitamente bella e infinitamente virgen. ¿Acaso hubieras sido capaz de imaginar esta escena tal y cómo está sucediendo ahora?", como dice Salvador Elizondo en Farabeuf. Todo puede suceder. Como la delgada línea que separa la pornografía de lo erótico, una delgada línea dice que algo es estético o francamente repugnante pero uno tiene la última palabra, gracias a Dios.





3 comentarios:

  1. super hermano, hasta dan ganas de robarmelo y publicarlo.. con los puros apellidos, asi dejamos lugar a la duda, haha buena

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  2. Bien profe esta bien entretenido luego me da mas temas asi

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