Me siento bien. Si tu lees esto sabrás que es más poderosa tu influencia que la de los planetas. Es más, hasta tuve ganas de volver la mirada sobre el derecho: "hey, ratón de biblioteca, no pusiste en la práctica los libros".
Estoy muy atento al Bhagavad Gitá, diálogo entre la Suprema Personalidad de Dios, Krishna, y el discípulo y amigo Arjuna. En los campos de Kuruksetra, Arjuna "siente temblar los huesos de mi cuerpo y mi boca se seca", al ver que tiene que dar muerte a multitud de amigos y aún parientes; que tiene que llevar desolación y dolor porque así están dispuestos sus deberes prescritos. Arjuna siente recelo por tener que dar muerte, lo que le llevará a otro ciclo kármico. Krishna le instruye en una libertad de acción que justifica no sólo la muerte sino el desapego a muchas más cosas del mundo material. Ahí está el punto de quiebra. ¿Justificación? ¿Será que Krishna es el mismo Dios de los juristas naturalistas?
El iusnaturalismo, pocas palabras, es ese derecho que es justo y bueno por sí mismo. Santo Tomás de Aquino lo redujo en el Tratado de la Ley de una manera sobria: "La ley natural es la impronta de la ley eterna sobre las cosas". Además agrega: "La ley natural se ha realizado por el hecho de que Dios la ha impreso en las mentes de los hombres". Derecho justo asi denominado solo puede llegar a ser posible en mejores condiciones, en otro mundo. El derecho natural es entonces un ideal de derecho.
Pero estoy con Arjuna. La arenga de Krishna no necesita justificarse porque el obrar de Arjuna está dentro de una contemplación y un diálogo con la divinidad. Que haya violencia significa no más que el mismo Dios quiere que haya violencia. Esa enseñanza de Krishna es egoísta plenamente, pero las categorías se desdibujan. Krishna está enseñándole a su amigo Arjuna el buddhi-yoga o "sendero de la Iliminación". Le excita a cumplir su deber de guerrero, a no temer por dar muerte a sus amigos y familiares, porque en realidad, dice Krishna, el alma jamás muere. No es precisamente una justificación, porque aquí Krishna está entre los vivos, conduciendo el carro de guerra de su amigo Arjuna. Si realiza su deber, así sea matar y sembrar destrucción, con desinterés y libre de todo apego, estará realizando el camino de su salvación.
No hay justificación. Eso me deja azorado. El mismo Santo Tomás habla de la guerra por causas justas, y Francisco Suárez justifica el tiranicidio. No hay causas justas en el diálogo del Gitá porque no existe semejanza con nuestras categorías éticas. Las de Krishna están en un nivel desconocido para nuestro iusnaturalismo; un sistema de derecho más que ideal, inaudito, pues obedecer a la divinidad es Ha-cer, es Ser la divinidad, y de paso servir como pedagogía, como dice el verso 21:
Los hombres comunes siguen los pasos de un gran hombre, cualquiera que sea la acción que ejecute. Y cualesquiera que sean las normas que él establezca mediante sus actos ejemplares, son seguidas por todo el mundo.
Y si no existe esa "causa justa" es porque no hay similitudes con la idea cristiana del Vicario de Dios en la tierra, ni de reyes "ungidos por obra y gracia de Dios". Un poema védico nos dice:
No hay nadie más grande que Él o igual a Él. Él tiene muchas potencias, y así, Sus hechos se llevan a cabo automáticamente, como un secuencia natural.
Krishna es el maestro que acude a iluminar a su discípulo, haciéndole ver que todos tenemos la obligación de cumplir nuestros deberes prescritos y en todo caso, que él, siendo bhagayan, o sea, "Personalidad Suprema" es el creador, el mantenedor y el destructor de Universo. Arjuna, el arquetipo del devoto que ha depositado su vida en la contemplación del yo y en realizar el designio de Krishna tiene que entrar a los campos de Kuruksetra y comenzar una carnicería. Krishna le ataja que se han intentado todos los medios para evitar la muerte, pero que ahora, es deber el comenzar la batalla.
Eso me hace pensar en los argumentos presuntamente isunaturalistas que sustentaban los soldados del muro de Berlín: "maté porque obedecía órdenes", y las muchas interpretaciones de derecho en el sentido de que no existen justificaciones para dar muerte a otros individuos.
Pero el caso del Bhagavad-Gitá es completamente fascinante, pues no hay justificación, ni valdría siquiera hablar de la voluntad de Kant, ni la libre autodeterminación de uno mismo como sostén de la moral. Krishna corrige a las sociedades por su caracter de Suprema Personalidad de Dios, que no necesita ocupar leyes o imponer normatividades. No hay código que trastoquen sus actos porque a pesar de que los Vedas son escrituras reveladas con regulaciones, Él las trasciende y cualquier acto que realice no puede violentarlas. Krishna viene en momentos críticos mediante la srjami "el señor se manifiesta tal como es". Los humanos no tienen entonces un modelo de derecho que sea ideal puesto que su meta es ser plenos en la divinidad, y los humanos saben que a lo más pueden obedecer a Dios, pero no aspirar a ser idénticos a él.
El puente entre esta visión y la tradición cristiana es muy largo, pero podemos ver el iusnaturalismo por analogía y comprender que esencialmente, el derecho es inaprensible en sentido general.
Como el hinduismo, va más por la idea de la liberación que por la de control.
Eso me hace pensar en los argumentos presuntamente isunaturalistas que sustentaban los soldados del muro de Berlín: "maté porque obedecía órdenes", y las muchas interpretaciones de derecho en el sentido de que no existen justificaciones para dar muerte a otros individuos.
Pero el caso del Bhagavad-Gitá es completamente fascinante, pues no hay justificación, ni valdría siquiera hablar de la voluntad de Kant, ni la libre autodeterminación de uno mismo como sostén de la moral. Krishna corrige a las sociedades por su caracter de Suprema Personalidad de Dios, que no necesita ocupar leyes o imponer normatividades. No hay código que trastoquen sus actos porque a pesar de que los Vedas son escrituras reveladas con regulaciones, Él las trasciende y cualquier acto que realice no puede violentarlas. Krishna viene en momentos críticos mediante la srjami "el señor se manifiesta tal como es". Los humanos no tienen entonces un modelo de derecho que sea ideal puesto que su meta es ser plenos en la divinidad, y los humanos saben que a lo más pueden obedecer a Dios, pero no aspirar a ser idénticos a él.
El puente entre esta visión y la tradición cristiana es muy largo, pero podemos ver el iusnaturalismo por analogía y comprender que esencialmente, el derecho es inaprensible en sentido general.
Como el hinduismo, va más por la idea de la liberación que por la de control.
Que hay, me atrevo a escribir, en tanto que llego a ca solo por andar de blog en blog, escribo por que estudio derecho y se un poco lo que es Krishna.
ResponderEliminarUn acto libre, como es, no necesita justificacion o comprension.
No es bueno o malo entanto el acto mismo, sino en cuanto al fin que persigue, el acto libre es el reconocieminto de las consecuencias, comprensibles y o justificables, quiero decir, se puede tener o no razon para comprenderlo, no importa si se comprende realmente.
El iusnaturalismo no es el derecho de las ordendes divinas, es más bien el de los actos libres.
Los actos libres escapan a la ley pero son guiados por ella.
suena ilogico.
un acto libre es "hacer una locura por una razón, no una razón por una locura" ELIPHAS LEVI ZAHÉ.
SALUDOS.
Hola, gracias por tu comentario. Pues, creo que me malinterpretaste el sentido del iusnaturalismo, al que no veo como ley divina, sino eterna. Y bueno, de la justificación, pues es cierto que no necesita comprenderse, pero en el texto me refiero a la distancia enorme que hay entre la libertad de acción de Krishna y el imperativo categórico de Kant.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario... y déjame decirte que la frase de Eliphas Levi, básico en la Cábala... es formidable!!
Saludos