Si hoy retomo este blog es porque me llegó por la mañana la idea de los "talentos". Descubrir qué nos apasiona y canalizarlo parace una simple decisión voluntarista pero desde luego hay mucho más. El mismo proceso de descubrimiento acerca de nuestras habilidades y cómo se canalizan es más que simplemente desearlo. No sé qué tanto venga al caso la famosa sentencia de Baudelaire: "La inspiración es el trabajo diario". Disciplina y amor puede ser una pequeña fórmula.
Reseño entonces un talento musical. Las razones son dos: amorosas sinonimias y una cuestión de justipreciar a las mujeres. Veamos (y sobre todo, oigamos) a una intérprete de música clásica: Maddalena Laura Lombardini.
Maddalena Laura Lombardini fue una violinista de la época barroca. Nacida en la musical Venecia en 1753 es un verdadero talento que quizá muchas personas, digamoslo asi, laicas en la música, desconocen. M. Laura fue discípula del gran concertista Nicólo Tartini, aquel famoso violinista "diabólico" que compuso la "Sonata dil diavolo".
Poco se sabe de sus orígenes, pero al parecer fue una huérfana que recibió alojo en el famoso Ospedale dei Mendicanti, un lugar creado para dar habitación y educación a los huérfanos y pobres que el ritmo económico de Venecia hacía crecer junto a sus riquezas. Estos establecimientos fueron muy famosos, basta recordar el Ospedale della Pieta, donde Vivaldi trabajaba como profesor.
M. Laura no era, sin embargo una alumna más. Desde joven dio muestras de ser muy talentosa y sus profesores se esmeraron en pulir esa habilidad. Precisamente ese talento la puso en la mira de Tartini.
A los 22 años salió del Ospedale para casarse con otro músico, Ludovico Sirmen, de quién tomó el apellido pero cosa rara en la época, no para sustituir el suyo propio sino para hacerlo compuesto. Toda su vida de solista y éxito será conocida bajo el nombre de Maddalena Laura Lombardini-Sirmen.
Tras su matrimonio, M. Laura se convirtió en un hito musical. Viajó a Londres, donde fue primer violín; realizó diversas giras que la llevaron hasta Rusia y como suele decirse, triunfó en Paris. Fue autora de un puñado de sonatas, conciertos para violín y cuartetos y si se puede decir así, fue una mujer triunfadora que a lo largo de su carrera amasó tal fortuna que según relata Jane Baldauf-Berdes, ella era quién realmente mantenía a su esposo, Ludovico Sirmen, que para ese entonces había venido a menos en la escena musical.
Finalmente, no se trata de hacer una reseña novelesca, M. Laura destacó porque precisamente canalizó su talento. Fue una gran artista hasta que, hacia 1780 las innovaciones técnicas en la ejecución del violín desarrolladas por Giovanni Battista Viotti hicieron que el gran público comenzara a considerar "viejo" el estilo de Laura.
Son pocos los datos que se conocen sobre su vida salvo los enunciados. La página Músic Web International contiene una reseña del libro de Jane Baldauf a cargo de Robert Hugill que nos da ciertas pistas, porque todo talento, a fin de cuentas, no se basa en una fama de letras sino en la propia demostración de sus habilidades. Les dejo entonces el Allegro del 1 concierto para Violín, op. 3, interpretado por la rusa Piroska Vitárius, dirigida por Paul Németh. Disfrutenlo, música barroca, casi neoclásica con un doble sello que por lo menos es el que percibo yo: la femineidad indiscutible de la composición y el encanto de como dije al inicio, una amorosa sinonimia.
¿Qué pasó con las danzarinas brujas de azúcar y laurel que acostumbraban asomar en su palabra?
ResponderEliminarMario, acabas de hacerme ganar una apuesta, muchas gracias hermanito. ¡Un abrazo por Tutatis!
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