jueves, 16 de diciembre de 2010

Pesado, recuperando la música norteña


Me gusta la música norteña. Como también te gusta a tí, y a tí. A todos, aunque nos hagamos de la boca chiquita. A propósito del disco Desde la Cantina (DISA, 2010) que editara el grupo Pesado es que a mi gusto por el acordeón y el bajo sexto he sumado otras inquietudes. El resultado puede ser un amasijo de locuras... estás a tiempo de poner un disco de Lady Gaga y cerrar mi espacio.
La música norteña es una tradición cultural. Algunos estudiosos dicen que es la otra cara de la música texana y que es el movimiento de las "líneas", de la frontera pues. Yo creo que es frontera pero de muchas culturas: la urbana que ha metido a los norteños en locales, bailes y cantinas, y el campo que se nutre de muchas tradiciones. Es la frontera misma de los instrumentos: el germanísimo acordeón y el invento sureño del bajo sexto, guitarra de seis cuerdas dobles.
La norteña es música de campo. Lo primero que se escucha es el paisaje del campo, los huizaches, los corrales, las estancias ganaderas y el polvo, mucho polvo. Sus pretensiones son las mismas de cualquier narrativa: contar historias. El éxito del movimiento norteño es que sus historias son universales, directas, emotivas. Música para bailar, para amenizar una borrachera, para dedicarla a la pareja... o como la pieza con que abre el disco, Polka del Cerro de la Silla, para cantar al terruño.
Con mayor o menor fortuna se ha intentado meter la cotidianidad y lo "moderno" a lo norteño y los resultados me parecen en lo personal, fracasos. Fracasos que el mercado musical ha convertido como siempre sucede, en redondos éxitos de taquilla. En los extremos, de ese fracaso sus majestades felinas, los Tigres del Norte, queriendo empujarnos historias de ilegales y taxistas y falsos corridos de un doble sentido que raya en lo cursi se han coronado "nuevos trovadores del México moderno". En el otro extremo, "artistas" que pretenden colgarle la fama de héroe a cualquier narco sin piedad que por cortar cabezas debe ser homenajeado (¿debe? o ¿le deben?). Y cabe recordar, homenaje que no gustó al "héroe" puede costar la vida al "trovador".
En ambos casos se ha manipulado la forma, es decir, el corrido, y en ambos casos el resultado es una ridiculez o un monumento al mal gusto. No no, el corrido es como bien se sabe, la herencia del trovador, un arte (popular quizá pero arte a fin de cuentas) de saber acomodar en ocho sílabas una línea de una historia. Pero ni estamos en la Edad Media para no enterarnos por otros medios de la barbarie que se vive en el Norte, como tampoco es muy honroso que digamos tener que exaltar a un bárbaro.

(El acordeón de Mario Alberto "Beto" Zapata)

Por eso cuando escuché que Pesado homenajeaba a la tradición me dió gusto. He escuchado el disco muchas veces. Me documento le dije a Laura cuando me encontró escuchando "Cielo nublado"y hasta la he convertido en compañera de esa documentación. Pesado es un grupo que reune la esencia misma de lo norteño: regios, gordos, con el doble juego de voces, aguda y grave; conocedores de su tradición. En el disco mencionado se dieron a la tarea de regresar a lo clásico del género y hacer un recorrido por los distintos subgéneros de la música norteña: la cumbia, el corrido, la balada, etc. en canciones que vienen de los momentos de gloria del movimiento, desde finales de los cincuentas y hasta poco antes de los ochenta del siglo pasado.
Pesado es un grupo evidentemente de pretensiones mercantilistas, basta ver que los distribuye Televisa; pero han respetado esa regla no escrita que obliga a cada grupo el tener un toque distinto: un instrumento más, un acordeón distinto (Hohner contra Gabanelli, los más usados por el género), otra escala para sacar sus canciones... y sin duda han atinado en nutrirse de la esencia norteña, en volver a cantar historias simples que por esa simpleza son universales. Desde la Cantina es un disco que vale la pena porque recupera las historias y a los verdaderos trovadores: Lalo Mora, Lupe Tijerina, Carlos Salazar, Lorenzo de Monteclaro...
El cantante norteño generalmente es el acordeonista y cuando toca entra en la fascinación de su instrumento. La panza del músico y las coronas del acordeón quizá sean las responsables de que el acordeonista fije su mirada en el infinito, lo cierto es que cuando hace sonar al instrumento, el cantante mira a un punto fijo del espacio. Se encuentra a través de sus historias, con las de sus conocidos, con las de los hombres del pasado y con las del futuro.
Pesado ha hecho un homenaje en ese sentido: hacer que nos reencontremos en el futuro con las historias que no pasarán de moda porque un día el cuerno de chivo será obsoleto pero dudo que los seres humanos dejen de enamorarse y decepcionarse de ellos mismos: "quiero que sepas que yo reconozco que tuve la culpa perder tus amores". O más envalentonados: "como tengo unas cosas que reclamarte, me obligaste a que te cante esta canción..." son de los años 60 y serán de los 50 de este siglo:



Pesado nos permite pulir lo norteño y salvarlo de los escolios mercantiles de la "modernidad". Lo repito: no escuches a los Tigres del Norte. De haber seguido en la línea de Camelia la Texana seguramente estarían en la lista de los homenajeados. Homenaje de su público claro es, no de académicos, univerisitarios o de Fernando Savater, que me pregunto, ¿el señor Savater algún día ha escuchado "Flor de Capomo"?; porque Contrabando y Traición, debemos decirlo, no era un narcocorrido sino una historia de amores frustrados, en consecuencia era universal. Las glorias de La Reina del Sur están bien para Pérez Reverte pero no para agregar historias al campo.
Termino. Se ha dicho que lo norteño es "naquito" y se le esgrime que las voces son agudas hasta el asco y que la desentonación es tan agresiva como un bocinazo mal ecualizado. Lo norteño es una tradición cultural, quizá el secreto sea una mera reducción: si eres de campo, te gustará; si tienes emociones a flor de piel, te gustará. Para evitar la cerrazón: si te gustan las historias, escucha música norteña. Recordemos que desde que Piporro acompañara el bajo con su famoso "Ajúa!" lo norteño es una forma de musicalizar el campo y de contar historias. Si se pierde la capacidad de contar historias o se piensa que se ha dicho todo y se exploran anti-historias, ni siquiera estamos frente a un divertimento. Estamos sin más frente a una basura, una pérdida de tiempo.

(Eulalio González "Piporro")

Termino agradeciendo a Pesado y ni siquiera porque quiera asumirme portavoz de los que gustan de lo norteño, en eso estoy en pañales todavía, o de sus fans, que hay voces más autorizadas. Doy gracias porque indirectamente, recuperar "a los grandes de la música norteña" también puede ser un respiro de paz para el Norte de nuestro país, secuestrado por la violencia.
(A esa, ni dudar, no tenemos por qué ensalzarla)

2 comentarios:

  1. amigo disculpa mi ortografia no soy tan culto como tu y presisamente en este momento estoy escuchando este homenaje de pesado casualmente di con tigo y me parece increible lo que opinas de nuestra musica soy de monterrey y esta musica simplemente la llevo en la sangre recuerdo a mi padre cuando yo era niño y en su trabajo escuchaba esta musica igual mis abuelos y si vivieras en monterrey verias que en los fines de semana casi en cada cuadra de casas no hay quien esté disfrutando de una carne asada y de esta musica, te felicito por tomarte el tiempo de comentar nuestra musica y para terminar si no tuviste la oportunidad de nacer en el norte siertamente tu espiritu es cien por ciento norteño.

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  2. los mejores son los señorones alegres de teran y los jefes de jefes, los tigres del norte, los papas de la musika norteña

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