Gracias a mis sueños vivo mucho más. Lo que sueño no son cosas que quiero hacer, ni siquiera proyecciones sino extensiones de esta vida: lugares nuevos, arquitecturas prodigiosas, reordenamientos de mi entorno. Pero cuando no son sueños son imágenes fijas de otros tiempos, y hoy ví nuevamente la luz que se proyecta en ls paredes y los objetos instantes previos a que llueva.
Parece entonces que la luz emerge de los objetos, que irradia sentimientos y concentra las lejanías. Por lo menos, la luz adquiere coloraciones patéticas. Todo el derredor se pone nostálgico, o vacio ante la proximidad de la lluvia y esos colores amarillos, azules o acerados se reproducen en las esquinas; parecen los rompimientos de gloria de los pintores religiosos, o es que los pintores del arte sacro, en esa luz se inspiraban para la luminosidad que emana de los santos.
Necesito ser más aventurero, cosa por demás comprobada.
Parece entonces que la luz emerge de los objetos, que irradia sentimientos y concentra las lejanías. Por lo menos, la luz adquiere coloraciones patéticas. Todo el derredor se pone nostálgico, o vacio ante la proximidad de la lluvia y esos colores amarillos, azules o acerados se reproducen en las esquinas; parecen los rompimientos de gloria de los pintores religiosos, o es que los pintores del arte sacro, en esa luz se inspiraban para la luminosidad que emana de los santos.
Necesito ser más aventurero, cosa por demás comprobada.
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