viernes, 14 de agosto de 2009

LUZ

Gracias a mis sueños vivo mucho más. Lo que sueño no son cosas que quiero hacer, ni siquiera proyecciones sino extensiones de esta vida: lugares nuevos, arquitecturas prodigiosas, reordenamientos de mi entorno. Pero cuando no son sueños son imágenes fijas de otros tiempos, y hoy ví nuevamente la luz que se proyecta en ls paredes y los objetos instantes previos a que llueva.
Parece entonces que la luz emerge de los objetos, que irradia sentimientos y concentra las lejanías. Por lo menos, la luz adquiere coloraciones patéticas. Todo el derredor se pone nostálgico, o vacio ante la proximidad de la lluvia y esos colores amarillos, azules o acerados se reproducen en las esquinas; parecen los rompimientos de gloria de los pintores religiosos, o es que los pintores del arte sacro, en esa luz se inspiraban para la luminosidad que emana de los santos.

Necesito ser más aventurero, cosa por demás comprobada.

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