lunes, 3 de agosto de 2009

Roger

Cuando tengo al lado a Roger y veo cómo es capaz de dormirse en cualquier lado, sin importar que haya ruidos, guitarrazos (como ahora con Joe Satriani), pulidoras, compresoras o los gritos de la casa, quisiera ser como él y desconectarme hasta que el ruido de su bote de Wiskas lo despierta. Siento que tengo que dormir más, porque voy de nuevo por los insomnios y lo malo es que en el día me pasa su factura.
Roger en tanto, es idiferente a que la música brinque de Satriani al Directo 90 (un disco que me gusta mucho) y a todas las locuras que almacena el reproductor de música. El gato es sabio porque duerme a sus anchas, sin preocuparse del mundo y sin mortificarse por no leer a un clásico. Algo tiene, seguramente es simpático entre las gatas, tendrá algunos amigos con los cuales ir a platicar en las bardas y algunos días se lanza a la aventura entre los corrales, muy de madrugada. Maulla, contesta, recita poemas en su lengua vernácula de gato pardo y escribe una columna en el brazo derecho de nuestro sillón. Sibarita, pasa de las Wiskas de salmón a una lagartija y se tiende a dormir una siesta bajo las peras.

Quisiera ser Roger de vez en cuando, como ahora que tengo que salir nuevamente...

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